Amable, sonriente, disciplinada, dedicada, perfeccionista, entregada a lo que amo: mi familia y el arte!!! Pongo mi corazón en todas las piezas que elaboro, en cada cuadro que pinto. Siempre detrás de esas pinceladas o de alguna escultura u objeto que intervengo, hay alguna historia que contar o algo que decir (obra con narrativa).  En mis inicios, mi trabajo se basó en la apreciación e interpretación de la producción manual (diseño y colorido) de la cultura indígena. La pasión por el arte indígena fue un legado de mi padre, quien trabajó y convivió durante muchos años con los Wayúu, comunidad indígena asentada en el desierto de La Guajira en Colombia. Produzco pintura, fotografía, escultura, intervenciones e instalaciones. Mi obra pictórica se caracteriza por el uso de colores vivos y texturas simples, destacándose los efectos de imágenes tecnificadas, aspecto que procuro balancear, al elegir siempre, representaciones afectivas o entrañables como temática fundamental de mis obras. Propongo la simpleza de lo cotidiano como base para la elaboración imaginativa del entorno. 

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El mayor logro que hasta el momento he tenido, sin contar el de haber conformado una familia estable, amorosa y ser madre de un par de hijos maravillosos de los cuales me siento muy orgullosa, es haber sido seleccionada en la VII Bienal de Arte Sacro Contemporáneo (BASCO/2023, Monterrey), cuyo tema central es La Sagrada Familia. Es un reconocimiento importante para mi carrera como artista y un regocijo para mi corazón, el haber convertido el dolor provocado por el accidente automovilístico que sufrió mi hijo, sobreviviendo al impacto sin secuelas físicas, en una obra de arte, en un testimonio de fe. Esta obra la realicé recolectando las piezas del auto que quedaron esparcidas en el lugar del accidente y dando como resultado una escultura donde se aprecia a La Sagrada Familia dentro de una estructura semejante a un vehículo.